sábado, 5 de abril de 2008

Novelas de amor

Con la primavera comienza la temporada de caza, en este caso focas bebés que ni siquiera han sentido la refrescante sensación de nadar en el océano.
Pero la verdad es que no quiero referirme a la violencia ni a la matanza. Me apena. Sino más bien quiero recordarles un libro. Se llama “un viejo que leía novelas de amor”, donde Luis Sepúlveda cuenta la historia de Antonio José Bolívar quien debe matar a una fiera suelta en la selva. Bueno, cuando se encuentra con esta criatura y logra finalmente vencerla no se siente el ganador, al contrario. Textualmente dice: “El viejo la acarició (…), y lloró avergonzado, sintiéndose indigno, envilecido, en ningún caso vencedor de esa batalla. Con los ojos nublados de lágrimas y lluvia, empujó el cuerpo del animal hasta la orilla del río y las aguas se lo llevaron selva adentro, hasta los territorios jamás profanados por el hombre blanco (…). Enseguida arrojó con furia la escopeta y la vio hundirse sin gloria. Bestia de metal indeseada por todas las criaturas.”

Marco Antonio de la Parra, escribió en el prólogo del libro “ecos urbanos”, que de alguna manera la sociedad actual se las ha arreglado para que todo el mundo lea menos, así es más domesticable. Quizás por eso los lectores de verdad parecen apartados, pero de alguna forma son infinitamente menos egoístas que la masa, ya que el lector está solo y por eso aprende a responsabilizarse de sus decisiones. En cambio en la masa uno puede ser más egoísta con la excusa de que hay gente que está haciendo lo mismo que uno.
Y ahí volvemos nuevamente con Sepúlveda cuando menciona: “(…) se echó a andar en pos de El Idilio, y de sus novelas que hablaban del amor con palabras tan hermosas que a veces le hacían olvidar la barbarie humana”.

Sepúlveda y De la Parra concuerdan. Pero no puedo evitar preguntarme: ¿cuánto leemos? ¿somos la masa o la diferencia?... la verdad es que lo que estemos haciendo o no, es una pregunta que cada uno debe responder. Pero al parecer no estamos entendiendo que sólo somos un pequeño vidrio en el gran mosaico de la vida. De cualquier modo es un hecho histórico: compartir el mundo nunca ha sido el atributo más predominante de la humanidad.
Pero ¿somos masa?...

Si alguien quiere info sobre las focas: http://www.altarriba.org/

1 comentario:

pOmI dijo...

Uff que profundo !
Excelente pregunta...ser la diferencia o la masa...y claramente cada uno decide que quiere ser. El tema es: existe una real conciencia sobre eso? y es porque ser diferente no se trata de hacer cosas que necesariamente vayan en contra algo...como por ejemplo..la matanza de animales...si no mas bien, hacer las cosas por uno mismo y tener un rumbo claro al cual dirigirse...sabiendo que se vive en sociedad y se comparte con el otro...pero ser diferente por el siemple hecho de no querer ser como alguien o algo...si no siemplemente ser. Y eso es maravilloso!
Excelente articulo
besito amiga te quiero mucho!