miércoles, 23 de abril de 2008

Postinor – 2




La discusión en torno a la decisión del Tribunal Constitucional no es sólo la prohibición de la píldora del día después, sino más bien, la clave está en el “levonorgestrel”. Ya que al proscribir la molécula deberían desaparecer del mercado la gran mayoría de los anticonceptivos que distribuyen los servicios de salud y casi la mitad de los que se venden en farmacias.
Según un estudio realizado por el doctor Ramiro Molina, los abortos doblarían los nacimientos ya que en Chile un tercio de las mujeres en edad fértil de entre 15 y 49 años usan métodos de planificación familiar, ya sean hormonales o intrauterinos. La restricción sobre el levonorgestrel produciría un alza en la natalidad, con un aumento promedio potencial de 150.000 nacidos vivos anuales; sin embargo, los abortos clandestinos llegarían a unos 275.000 aumentando las tasas de mortalidad infantil, neonatal, materna y por aborto, echando abajo los esfuerzos de 45 años en materia de salud reproductiva en el país. Además aumentarían a 56.000 las hospitalizaciones anuales en maternidades por complicaciones derivadas de abortos, lo que colapsaría el sistema hospitalario; y aunque se absorbiera toda esta demanda, la mortalidad materna por esta causa aumentaría.
Por otra parte, esto afectaría menos a la población femenina de los quintiles de mayores ingresos, ya que accederían a los anticonceptivos modernos por importación o compra en países vecinos generando más desigualdades.

Ayer unas 15 mil personas salieron a caminar por la Alameda para mostrar que no están de acuerdo con la decisión del Tribunal Constitucional. Salieron y marcharon por su libertad para elegir: niños, jóvenes, adultos y ancianos. Entre familias, parejas, hermanos y solitarios. Todos repetían gritos desde adentro.
Todas nosotras con la voz rota, gritando a todo pulmón “nosotras parimos. Nosotras decidimos.”
Y una continuidad de ellos… “nosotros embarazamos, por eso apoyamos”.
Esta decisión no afecta solamente a las mujeres, es transversal en la población ya que para procrear todos sabemos que se hace de a dos. Pero claro, es sobre el cuerpo femenino… “mi cuerpo no te incumbe” decía un cartel.
¿Por qué no nos dejan disfrutar de nuestra sexualidad con la libertad de decidir sobre nuestros cuerpos?... de pronto hay que pensar no sólo en la vida, sino también en la “calidad” de vida que puede un niño producto de un embarazo no deseado. No sólo las equivocaciones, los malos cálculos… ¿y las violaciones?

En fin, juzgue cada cual con la vara con la que quiere ser medido después…



1 comentario:

La Dama en la Ventana dijo...

5 personas no son chile....basta de decirnos como actuar,vivir o ser , somos libres ....simplemente libres