5. Otros medios de transporte

Consideremos el moverse de manera eficiente: por ejemplo, si necesitamos ir en auto a nuestro trabajo o lugar de estudio, podemos compartirlo con otras personas, quizás los vecinos que van en la misma dirección o amigos que están por el camino. Podemos caminar en tramos relativamente cortos o usar bicicleta en tramos más largos, pero precaución: usar ciclovías, casco y luces.
Por otro lado, se puede usar el transporte público, aunque claro, todos sabemos de la situación que existe en Santiago y del alto valor del transporte en regiones, pero piense que una micro normal puede llevar tanta gente como 10 autos completamente llenos, ocupa 3 veces menos espacio y emite la mitad de CO2 por kilómetro y pasajero.
Saquemos los cálculos: considere que podemos ahorrar 1.5 kg de dióxido de carbono a la atmósfera por cada 5 kilómetros que hagamos sin conducir. Entonces ¿cuántos kilómetros conduce?

Ahora, este es el beneficio al medio ambiente y quizás al bolsillo, pero caminar y andar en bicicleta nos ayuda a ponernos en forma y mejorar nuestro estilo de vida.
Al caminar o pedalear, la mente y el cuerpo se oxigenan, se despejan y se purifican ayudando a prevenir dolores de espalda, proteger las articulaciones, aumentar la capacidad cardiovascular (reduciendo a más de un 50% el riesgo de sufrir un infarto), eliminar tensiones y preocupaciones, además de grasa y toxinas. Y claro, nos ayuda a controlar el peso y tonifica los músculos del muslo, pantorrillas y cadera.

Ahora si consideramos el ponernos en forma y ayudar a reducir las emisiones de CO2 al medio ambiente, podemos utilizar las escaleras, ya que 15 segundos de ascensor equivale a mantener encendida una ampolleta de 60 vatios durante 1 hora. Bajar por las escaleras es simple… así podemos cuidar el medio ambiente y empezar a ponernos en forma para poder subirlas después.